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Un sueño de amor fue el que viví a tu lado, cuando sentí que nuestras almas se fundían en una sola. En donde ni el tiempo ni el mundo importaban, sólo éramos nosotros y nuestro amor. Fue real por un momento o sólo un sueño que creí que se volvería realidad.
Lo cierto es que cada caricia, cada beso y cada abrazo fueron hermosos. Era dejar la tierra y tocar el cielo por instantes. Al final comprendí la realidad y desperté del sueño del que era preso, y pude ver en tus ojos que no me amabas.
Por más difícil que me fue, tuve que decirle a mi corazón que su amor no era correspondido. Hoy te digo adiós y gracias por permitirme conocer el amor, ese amor verdadero que no se elige, que nace del alma, que sólo se siente y que por momentos duele.
A mi corazón sólo le pido que no muera, que el amor verdadero es aquel imposible, porque a pesar de todo permanece vivo por siempre.