Las mariposas no escapan de repente,
No es su naturaleza huir de nuestro vientre,
Abrir el baúl de nuestros cuerpos,
Sin nada que decir, nada que reclamar.
Las mariposas no salen a pasear
Para cambiar de ambiente o echarse una “alita al aire”.
Las mariposas no juzgan si el ombligo
Ya no merece su mágico revoloteo
Las mariposas no dejan de volar en su ciudad natal
Para imaginar asentándose en algún otro sitio.
Las mariposas no tienen amnesia selectiva
Para arrinconar las promesas con las que volaba su vida.
Las mariposas -nocturnas, multicolores, plateadas-
no vuelan simplemente, no emprenden la huida absurda,
No mienten, no callan, no enloquecen en olvido.
Porque las mariposas no escapan de repente.
No me hables de mariposas fugitivas,
Porque ellas no acostumbran huir.
Tal vez tu si.