Cuando me amé de verdad, dejé de quejarse de lo que no funcionó y comenzó a alabar al Señor por cuidar de todo.
Cuando me amé de verdad, dejé de preocuparme por tener a alguien que sea feliz y empecé a ser feliz, incluso sin tener a nadie.
Cuando me amé de verdad, me di por vencido desesperación y empecé a esperar el milagro de paciencia.
Cuando me amé de verdad, ya no se preocupan por lo que dicen de mí y me preocupaba más con lo que podría ser.
Cuando me amé de verdad, miré a mi pasado sin la carga del fracaso y pasé victorias de ganar que nunca soñó con alcanzar.
Cuando me amé de verdad estaba abierto debido a que las manos de mí mismo que Cristo era todo de mí.
Cuando me amé de verdad, dejé de preocuparme por tener a alguien que sea feliz y empecé a ser feliz, incluso sin tener a nadie.
Cuando me amé de verdad, me di por vencido desesperación y empecé a esperar el milagro de paciencia.
Cuando me amé de verdad, ya no se preocupan por lo que dicen de mí y me preocupaba más con lo que podría ser.
Cuando me amé de verdad, miré a mi pasado sin la carga del fracaso y pasé victorias de ganar que nunca soñó con alcanzar.
Cuando me amé de verdad estaba abierto debido a que las manos de mí mismo que Cristo era todo de mí.